47 años, muy joven para dejarla marchar.

Hay veces que a pesar de todo nuestro esfuerzo, a pesar de seguir rigurosamente el protocolo de soporte vital avanzado en una parada cardiorrespiratoria no conseguimos reanimar a un paciente, y cuando apagamos el monitor y posteriormente hacemos el particular debriefing en equipo, intentamos corregir entre todos aquellos detalles que podemos mejorar para la siguiente intervención.

Pero en ocasiones a pesar de que hacemos todo lo que tenemos que hacer, no es suficiente.

Son las reglas de este juego que decidimos jugar, las aceptamos, son así, no siempre se gana.

Y aunque ya llevo muchos años subido en una ambulancia y muchas experiencias vividas con el fonendo en los hombros, reconozco que algo de nosotros se va con cada paciente que no pudimos reanimar.

Pero hay guardias que nos recuerdan que nuestras noches de insomnio merecen la pena, hay guardias que nos recuerdan que dedicar nuestro tiempo a mantenernos formados es necesario, hay guardias que simplemente nos sacan una sonrisa de satisfacción al ver que con nuestro trabajo logramos salvar (o más bien prolongar) una vida, y ayer fue una de esas guardias.

Conseguimos recuperar en dos ocasiones a una mujer de 47 años que sufrió una parada cardiorrespiratoria, ayer vimos como en cuestión de segundos un corazón dejaba de latir y tras una descarga nuevamente recuperaba el pulso.

Y es una sensación reconfortante.

En poco más de una hora nos tocó llevarla nuevamente de vuelta al hospital, tras realizarle una angioplastia primaria e implantarle un stent por un gran equipo cardiovascular, todo volvió a la normalidad.

La dejamos en su cama, hablando, sonriente, despidiéndose de nosotros sin imaginar realmente aquello que aconteció. No era el momento de decirle que su corazón dejó de latir en unos intensos segundos dentro de nuestra ambulancia, posteriormente ya le informaran las compañeras de UCI cuando esté mejor.

Solo nos despedimos como solemos hacer, y ella nos dio las gracias por la atención.

Ayer fue una de esas guardias para nosotros, una de esas guardias para reencontrarnos con nuestra profesión.

Y es que no siempre se gana, pero cuando se gana, se disfruta.

Agradezco a todo mi equipo, (equipazo), y a todos aquellos profesionales que participaron en esta asistencia, en los diferentes hospitales y en los diferentes niveles asistenciales, todos somos parte de la cadena.

Este post va dedicado a todos aquellos y aquellas estudiantes de TES, de enfermería y MIR que leen este blog, solo os puedo decir, que estoy convencido que todo vuestro esfuerzo merece la pena.

Otra noche de insomnio, otra noche Con Tinta de Médico.

JM Salas – autor y editor del libro y blog Con Tinta de Médico.

Médico de urgencias en UVI Móvil

Experto en liderazgo sanitario.

 

 

 

 

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