Dicen que los médicos no empujan camillas.
Dicen que son elitistas, corporativistas, clasistas y hasta que están dotados de un aura especial o de una gracia divina.
Está claro que quien lo dice desconoce como es nuestro trabajo, tal vez vivió alguna mala experiencia o seguro que se equivocó de profesión.
Ya os aseguro, que en prehospitalaria esa actitud nunca funcionaría, porque aquí se trabaja en equipo, codo con codo al lado del compañero, cada uno con su función y responsabilidad, pero siendo conscientes que la soledad de la calle, hace que solo nos tengamos los unos a los otros para sacar determinados avisos adelante.
Y por este motivo, es recomendable que de vez en cuando practiquemos el trabajo del compañero, por que no sabemos cuando vamos a tener que echarle una mano.
De ahí la foto de este post, donde me pillaron en plena competencia con una intrépida estudiante, aspirante a Técnico en Emergencias Sanitarias (TES). Nos empeñamos en ver quien subía más rápido la camilla a la ambulancia, me reservo el nombre del ganador/a.
Y aunque dicen que los médicos no empujan camillas.
También dicen que no lloran, que no enferman y que son los únicos que están autorizados para pulsar el botoncito de un desfibrilador automatizado, esto último, lamentablemente es una realidad en algunas comunidades autónomas, pero este es otro tema.
La verdad es que la medicina se práctica en equipo, sin prepotencia, con respeto, humildad y educación.
Y si en ocasiones nos toca empujar una camilla, mover a un paciente en silla de ruedas, limpiar un consulta o almacenar un pedido, eso simplemente es parte de nuestro trabajo, y cuanto antes lo aprendamos mejor para todos.
En mi próxima guardia me toca la revancha, veremos quien gana.
JM Salas – Con Tinta de Médico
Diario de un Médico de Urgencias adicto a la noche
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